Desde el día lunes 13 de enero hasta el día jueves 20 de febrero el colegio estará cerrado, por lo que entre esas fechas no se atenderán consultas.
“Yo he vivido esta experiencia a lo largo de los años a través del grupo scout del colegio. Conforme pasa el tiempo, el sentido de servicio se va interiorizando cada vez más. Al inicio eres un lobato al que sirven todo el tiempo, y al crecer, te conviertes en un tropero que sirve a su sección trabajando en equipo y dividiendo tareas por un bien común, principalmente impulsado por la amistad. Obtienes la capacidad de hacer cosas que quizás no te gusten simplemente para beneficiar a los demás.
Donde más se siente este espíritu de servicio es en los pioneros, quienes son como el motor del grupo, donde se obtiene un espíritu y una alegría para entregarse a los demás, a pesar del cansancio y la fatiga. Es aquí donde el servicio se realiza por gusto propio, recibiendo como recompensa el gusto de haber ayudado. Ahora, vivo esto como jefe, donde se toma el tiempo para asistir a reuniones los sábados, intentando organizar actividades entretenidas para los niños, y asistiendo a campamento en vacaciones, entregándome a la comunidad”.
Benjamín Cruz, jefe Grupo Scout Hombres.
“Como dice San Benito en el capítulo 72 de su regla: “Que practiquen desinteresadamente la caridad fraterna”, es la forma más viva que tenemos en el colegio de vivir este espíritu benedictino con el servicio misionero. Cuando el más grande se hace pequeño para servir al otro, al igual como lo hizo Cristo, y hacer todas las cosas por amor, y con amor. Al momento de hacer tutoría a los jóvenes, y a la misma vez sentirse tutoriado. Salir en misión del anuncio del Evangelio con los jóvenes del colegio, y con nuestros alrededores, y teniendo una acogida desinteresada cada vez que algún estudiante se acerca con sed de lo infinito, que es Cristo. Esa es la forma en que logro (logramos) vivir este espíritu benedictino en el colegio”.
Francisca Sanhueza, jefa Peregrinos Mujeres.
“Para mí, el servicio misionero es una característica que marca mucho mi trabajo en la oficina de tutoría; cómo nos relacionamos y reaccionamos a las diferentes problemáticas que surgen. Esta característica se hace muy latente día a día en los momentos que estoy acomplejado y tengo que acudir a otras personas, ellos me apoyan y me guían desde la mirada de la fe y la ayuda a la comunidad.
Este mismo espíritu se vive en los trabajos y todos los días veo como más estudiantes se hacen parte de una realidad diferente que los motiva a salir adelante, y con eso también me motivan a mí a vivir mi vocación de tutor todos los días. Personalmente, cada vez disfruto más el hecho de vivir el servicio misionero día a día”.
Benjamín Rojas, jefe de Servicio.