Conversamos con estudiantes y apoderados de primer año medio para conocer sus sentimientos sobre la última etapa escolar. Llenos de sueños por cumplir y metas claras por alcanzar, nos cuentan sobre los momentos significativos que han vivido para lograrlos.
LOS SUEÑOS
Karla Ramírez, estudiante de I°B, camina con paso ligero. Su compañera de curso, Francisca Carrillo, la espera en el anfiteatro ubicado en el patio de enseñanza media. Ambas nos darán una entrevista para conocer sus experiencias y sueños. Karla quiere ser arquitecta: planea construir su propia casa y vivir junto a su familia. Francisca también desea ser profesional y tener un trabajo que realmente le guste.
En el siguiente recreo nos juntamos con David Hernández de I°A. Es muy entusiasta y sueña con estar en la FACH, jugar voleibol, estudiar medicina y ser chef. A su lado está su compañero de curso, Vicente Mena, quien tiene un objetivo claro de mejorar sus notas porque quiere convertirse en abogado.
Le preguntamos a los estudiantes sobre las herramientas que el colegio les brinda para que puedan cumplir esos sueños. Francisca toma la palabra y nos dice que el colegio es una gran red de apoyo para ellas, motivándolas a seguir estudiando para lograr sus metas. David también agradece que el colegio trabaje la disciplina, la asistencia a clases, el orden personal y el servicio hacia otras personas, todas cualidades que les servirán en su futuro.
“Podemos ayudarnos mutuamente en el estudio, teniendo un ambiente de convivencia saludable, valorando la educación que nos brinda el colegio y la buena compañía de nuestras compañeras y profesores”, dice Karla sobre las habilidades de aprendizaje que han obtenido durante estos años.
EL COLEGIO
El colegio es un espacio donde se une la institución y las familias para ayudar a los jóvenes a cumplir sus sueños y metas. Jeannette Alvarado, apoderada de Benjamín Mena de I°A, nos cuenta que lo más importante para el futuro de su hijo es que tenga “una gran base escolar, lo que requiere una buena asistencia para no perder clases ni conocimientos, porque así serán responsables de sus trabajos en el futuro”.
Estar presentes en el aula, según Constanza Castillo, profesora jefa de I°B, permite avanzar tanto en lo académico, dando continuidad al aprendizaje, a la vez que ayuda a mejorar la convivencia escolar. “El día a día les enseña a compartir con otros, a trabajar en equipo, a generar lazos, a entender socialmente cómo funciona la vida”, recalca la docente.
En palabras de Alicia Barrera, profesora jefa de I°A, el desafío con los estudiantes es que se desarrollen de manera integral, adquiriendo conocimientos significativos, así como aprendiendo a convivir con otras personas, entendiendo que las habilidades blandas, el buen vivir y la comunidad son trascendentales.
Como apoderada, Jeannette nos menciona que valora mucho la formación integral entre lo académico y la convivencia escolar. “Yo elegí el colegio por su parte académica, porque tiene un muy buen rendimiento, y por su parte social y religiosa”, nos cuenta.
Al consultarle a las profesoras sobre lo relevante de esta formación entre lo académico y la convivencia escolar, nos remarcan que lo importante es la experiencia vivida de los estudiantes, antes que la materia impartida en clases. “No basta con conseguir los contenidos y las actividades, se debe experimentar el aprendizaje, hacer, vivir y reflexionar”, dice Alicia. “Los talleres, retiros, alianzas, bailes, el día del estudiante; todo gira en torno a que sean experiencias significativas y transformadoras de las y los estudiantes, es decir, que puedan aprender y recordarlas para que los lleven a grandes cambios en su vida” dice Constanza.
EL FUTURO
Francisca dice que una de las cosas que más le motiva del colegio es el buen ambiente y la buena convivencia entre compañeros y profesores. Para David, el compañerismo es también algo muy importante, así como sus ganas de aprender muchas cosas sobre la vida y materias que les puedan servir en el futuro.
Cuando faltan a clases, sienten que pierden la oportunidad de aprender y de conocerse a sí mismos, dice Francisca, así como la educación y el sentido de responsabilidad que les ayudará en su futuro, reafirma Karla. En el caso de Vicente, no solo siente que pierde el hilo de las clases y la fluidez, sino que también deja de tener momentos divertidos con sus amigos.
A tres años de que estos estudiantes cierren este proceso, queremos saber qué es lo que más valoran. Francisca menciona que las habilidades que le gustaría tener al salir del colegio son “las comunicativas con las demás personas, la resolución de problemas, el trabajo en equipo y la gestión del tiempo”.
Para que esto se cumpla, la profesora Constanza recomienda que las familias apoyen siempre el proceso, conversando sobre la importancia del aprendizaje y de ir a clases, lo que determinará su futuro.
Alicia, a su vez, reafirma que “el aprendizaje académico nos permite comprender el mundo, descubrir habilidades para alcanzar nuestras metas personales; también a tomar mejores decisiones, ser más autónomos y, finalmente, sentirnos más seguros al enfrentar los próximos desafíos”.
Al respecto, Jeannette, como apoderada, nos comparte la importancia de dar el ejemplo a los hijos: “si un hijo ve que sus padres hacen el esfuerzo de levantarse todos los días a trabajar, de cumplir y ser responsables, creo que es el mejor ejemplo que damos los padres, para que nuestros hijos sean responsables cuando sean adultos”.